LOS ARQUITECTOS Y NUESTRO RASTRO
EN LA CIUDAD
EN LA CIUDAD
LAS HUELLAS
QUE VAMOS DEJANDO
Los arquitectos, al igual que médicos, políticos, etc.. desarrollamos profesiones, trabajos u oficios que afectan muy directamente a la vida de las personas. Podemos contribuir muy directamente a mejorar o empeorar sus condiciones de vida. En el caso de mi profesión, la de arquitecto, además influimos muy directamente en el aspecto y el funcionamiento de nuestros pueblos y ciudades; y con nuestras obras y nuestras decisiones deberemos cargar para bien o para mal el resto de nuestros días. Como es lógico, todos lo intentamos hacer siempre lo mejor que podemos, sabemos o nos dejan, concluyendo unas veces con mayor o menor acierto.
Suelo guardar fotos de las obras que hago, tanto del estado original
como de la obra terminada. Antes no se disponía de las cámaras digitales ni de
estos móviles tan versátiles y completos que nos han supuesto en este aspecto
un gran ahorro y una gran comodidad.
Revolviendo entre los papeles, he encontrado muchas de estas fotos llenas de polvo, ya casi olvidadas, que me traen muchos recuerdos y me conectan con un pasado cercano (al menos para mí, no tanto para mis hijos). A ratos los iré compartiendo para recordar cómo va metamorfoseándose nuestra ciudad de Corella.
La zona que os expongo hoy es la esquina de calle de la Cruz con calle Losada. Os adjunto algunas
instantáneas del antes y el después. En el caso de la calle Losada hasta llegué
a pintar una acuarela de la calle para recordar siempre cómo se encontraba
antes de mi actuación. La conservo en el hall de casa; para mí, esta calle es
una de las más bonitas de Corella, con la casa palacio de "Los Sopranis" al fondo, la de "Bisié" y su trazado y proporciones. Al pié de la acuarela, de puño y letra de mi padre, explicación del origen de sus sucesivos nombres. Las casas “del Barquín”, del “Amarillo” y
los pisos que promovió “Ergavia”, rellenaron parte del solar que quedó libre. Con permiso de los afectados, utilizo los “APODOS”
porque en Corella resulta más familiar.
Detrás de todas estas intervenciones muchas veces hay historias concretas de personas para las que su vida dio un giro inesperado. El derribo de estos edificios antiguos se llevó al traste el negocio de la pequeña tienda tienda de alimentos y pan que había en sus bajos. Pero nunca se sabe lo que depara el destino y de aquella intervención nació el germen de un nuevo negocio que lleva ya muchos años funcionando con éxito; y me refiero a la Cafetería de la Merced. Anécdotas curiosas como la del joven palista, valiente y audaz, que quedó bajo los escombros al desplomarse parte del edificio sobre su máquina, rompiendo el cristal blindado de la cabina y llenándola de piedras entre las que apareció él tras una gran nube de polvo. Cuando le vimos el cuerpo rebozado de piedras le preguntamos: ¿Qué tal estás?. A lo que nos respondió: No lo sé. Fuimos sacando las piedras y el chaval salió intacto, sin un rasguño y con una tranquilidad que sólo los "pura sangre" hacen uso de ella. No sé si acababa de volver de la mili o se iba; seguro que él se acuerda.
Las actuaciones en cascos históricos son algo muy especial y siempre dan un poco de respeto. Si lo haces medianamente bien produce gran satisfacción. Yo suelo decir que si nuestra actuación pasa desapercibida , ya es un gran mérito. Si encima queda bien, eso ya es para celebrarlo. Es difícil captar el ambiente de un espacio, del entorno, de lo que se respira. Esa es nuestra misión: Conservar el espíritu, la esencia de nuestras calles, nuestros cascos antiguos.
Hoy en día ésta es una misión esencial: RECUPERAR NUESTROS CASCOS HISTÓRICOS Y REJUVENECER LOS VIEJOS Y OBSOLETOS EDIFICIOS DE NUESTROS ENSANCHES. Es la hora de conservar lo que tenemos y meter un chute de vitalidad y juventud a nuestros edificios. Además ya sabéis: Para el 2020 todos los edificios que construyamos y rehabilitemos (en especial los edificios públicos), deberán ser ya de “CONSUMO CASI 0”. Para los que se animen a rehabilitar, ya han salido las nuevas ayudas para este año.
Notas al pie de mi acuarela. De puño y letra de mi padre, Agustín Fernández Virto (historiador de Corella), sobre el origen de los sucesivos nombres de esta calle.
CALLE LA CRUZ
oooOOooo
¡QUE SEÁIS FELICES"
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